Aliens versos Predator 2
Este pásado sábado tenía dos opciones en lo que se refiere al asunto del disfrute audiovisual nocturno. Una era ver "La Noria", el programa que nunca defrauda nos prometía un disfrute infinito al presentarnos como primer invitado a un Pedro Ruiz que casi nada más empezar tenía un encontronazo dialéctico con Jabba el Hutt. La otra opción era poner una peli, a ver si adivina alguien qué es lo que hice. En buena hora. Si de la película que me propongo analizar en profundidad se puede sacar un mensaje, sería que todos somos hermanos, we are all polvo of stars, y no importa las diferencias que pueda haber entre nosotros, siempre se pueden solucionar mediante el diálogo.
Argumento
En una nave depredadora que está en órbita sobre la tierra y llena de aliens abrazacaras, se celebra un funeral con el típico rito predator, consistente en dejar tendido el cadáver y esperar que le surja un alien de las entrañas mientras se mira hacia otro lado. En efecto, un pequeño alien se abre camino por el tórax del predator y, alimentado por sus poderosos jugos internos, se metamorfosea rápidamente en un alien adulto que mata la tripulación en un momento y provoca una pérdida orbital con caída libre y hostión en un fotogénico bosque de coníferas. Por suerte para los aliens, la nave está repleta de cubetas de simpáticos aliens facehuggers que sobreviven al accidente y, echando leches, van y encuentran a alguien a quien abrazar de forma facial, liándose inmediatamente un impresionante movidón donde la tranquila vida de los habitantes de un idílico pueblo americano se ve interrumpida por la necesidad de sobrevivir a una lucha sin cuartel entre las dos especies extraterrestres documentadas más mortíferas que hay: aliens y predators.
Conclusión asnal
La película comienza de la mejor manera posible: se ve la tierra desde el espacio y una nave extraterrestre en órbita alta cruza la pantalla, a partir de ese momento podría decirse que todo va a peor. Basar la película exclusivamente en la hostilidad de la relación entre aliens y predators sería una tarea imposible, excepto quizás para Mel Gibson, así que el director de esta peli lo que hace es presentarnos un esbozo, unas pinceladas de la interesante vida de los habitantes de ese pueblo tranquilo: el tío que ha tenido problemas con la ley y que vuelve al pueblo donde su colega es el sheriff, el hermano que trabaja en una hamburguesería y que no se pone la gorra porque es un rebelde, la camarera embarazada, la madre que sigue buscando a su marido e hijo y que es ajena al hecho de que han alumbrado sendos aliens y por tanto sus cajas torácicas están destrozadas ya, la militar que está de permiso, el matrimonio que tiene una hija a la que han regalado un visor nocturno por infrarrojos. Una pléyade de personajes a cada cual más interesante y que, para desgracia de todos, van muriendo en su mayoría a causa de eventos muy traumáticos.
Aunque por un momento, uno parece que se ha equivocado y ha puesto una peli de instituto americano, este cambio de ritmo es lo que hace de este film algo auténticamente grande, destinado a no ser olvidado fácilmente. Pasa de lo que parece que va a ser una aburrida y rutinaria lucha sin cuartel entre dos especies extraterrestres, a la presentación de unos personajes humanos de una manera tan sublime, tan bella, que después no podemos evitar sentir cada pérdida como si fuera la de uno de nuestros seres queridos. La tremenda violencia de las muertes de todos ellos y lo gratuito de estas defunciones, el ver como esas vidas quedan segadas por culpa de una riña entre inmigrantes ilegales, dotan a esta película de una dimensión intelectual superior. Despellejamientos, quemaduras y amputaciones debidas al ácido, trepanaciones craneales bucales, impactos de proyectiles de energía, evisceraciones variadas, ensartamientos por boomerangs y todo tipo de instrumentos afilados incluídas colas prensiles. Todos estos elementos narrativos, toda esta exhibición de muerte y destrucción, es lo que hace todavía más lamentable cada una de las muertes acaecidas en este filme. La muerte de muchos de los protagonistas y de la mayoría de secundarios, provoca en el espectador un trágico sentimiento de pérdida que se apodera totalmente de la película, así pues, no es de extrañar que las lágrimas fluyan por nuestro rostro y que estemos gritando "cuidao" o "que lo tienes detrás, cuidao" durante la mayor parte del visionado de este épico film.
Queda entonces perfectamente argumentado que nos hallamos ante una película ecológica, un ejemplo de respeto medioambiental, de escaso gasto energético en iluminación y abundante ahorro en candelas. Inteligente labor la de los guionistas, que parte de planteamientos casi de extrema derecha por su insistencia en mostrarnos el comportamiento violento de las dos especies para, poco a poco, convertirse en un canto a favor de la diversidad cultural cuyo mayor ejemplo es esa relajante escena en la que un predalien vomita sus huevos en la garganta de unas embarazadas a fin de usarlas como rico sustrato biológico de crecimiento rápido, qué majos cuando eclosionan y rasgan el vientre materno. Escenas como esa son las que provocan en el espectador un reblandecimiento cardíaco absoluto y un posicionamiento inmediato a favor de la inmigración ilegal extraterrestre. Ellos son superiores en armamento y vienen a matarnos porque forma parte de su naturaleza, respetemos su cultura y sirvámosles de trofeo, prestémonos voluntarios para ser los anfitriones de sus larvas. Tal vez algún día se percaten que merece la pena conocernos y llegue el momento, al fin, en que decidan compartir con nosotros su fabulosa tecnología de camuflaje.
Etiquetas: cine
2 comentarios:
Parece gonito el flim, lo que describe aquí me ha hecho llorar de emoción.
sí, los cinco primeros minutos son buenos pero el resto es de llorar
y tonto de mi, se me ha olvidado comentar algo sobre la nueva "Predators", Adrien Brody haciendo de Swarzeneggerjökull, a esa peli sí que la tengo ganas
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